En la Plaza de Armas, que fue en la época colonial el centro de la vida oficial y pública de la ciudad, se alza un monumento llamado “El Templete”. En su columna conmemorativa hay una inscripción en latín, casi borrada, que da fe de que en ese lugar hubo una ceiba y que bajo su sombrase celebró la primera misa y el Cabildo recibió la guarda y custodia de los Fueros y Privilegios de la Villa de La Habana según costumbre y usanza de las Leyes de Castilla.
El día 20 de diciembre del año 1592, Felipe II confiere a La Habana el título de ciudad, veintinueve años después de que el gobernador de Cuba, trasladara a ella su residencia oficial desde Santiago, sede hasta entonces del gobierno de la isla.
El siglo XIX se abre con la llegada a la Habana de Alexander von Humboldt, quien queda impresionado por la vitalidad del puerto habanera. En el año 1837 se inaugura el primer tramo de ferrocarril, de 51 kms., entre La Habana y El Bejucal, que se usa para el transporte de azúcar desde el valle de Guines al puerto de la ciudad. Con ello Cuba se convierte en el quinto país del mundo en tener ferrocarril y el primero de los de habla española.
A finales del siglo XIX, La Habana vive los últimos momentos de la colonización española en América. El cambio de siglo transcurre en La Habana, y por tanto en Cuba, bajo la ocupación y el gobierno de los Estados Unidos.
Bajo la influencia estadounidense la ciudad creció y se enriqueció con numerosos edificios en los años 30, cuando se construyen suntuosos hoteles, casinos y espléndidos clubes nocturnos.
Desde el triunfo de la Revolución en 1959 se hicieron grandes transformaciones pero, por lo que respecta a La Habana, se puede seguir describiendo de acuerdo a las mismas grandes áreas de 1958 aunque añadiendo alguna más.
LA HABANA VIEJA
Como hemos señalado anteriormente, La Habana Vieja ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y es visita obligada para conocer su casco histórico.
Comenzando en El Templete, lugar fundacional de la ciudad, se puede contemplar el palacio de los Capitanes Generales, hoy convertido en Museo de la Ciudad, así como el castillo de la Real Fuerza.
La Catedral, el convento y la basílica menor de San Francisco, el convento de Santa Clara y la casa natal de José Martí son otros hitos de la personalidad y tradición de esta bella ciudad.
Cruzando la bahía encontraremos las dos fortalezas más importantes de la época colonial: el castillo de los Tres Reyes del Morro y la fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Desde Casablanca podremos apreciar una magnífica vista de la bahía, el puerto y toda la ciudad bordeada por el famoso Malecón.
El cubano se manifiesta en su carácter alegre y en su sentido innato de la musicalidad y el ritmo que tienen su máxima expresión en lasa fiestas populares tradicionales que se celebran en la Isla. Se pueden destacar los carnavales de Santiago de Cuba, las Parrandas de Remedios y las fiestas de las charangas. Todas ellas complementan el acervo cultural de un país que es todo música, fiesta, baile y folclore.